sábado, 22 de diciembre de 2018

Olvídate de Mi... "Ni una más"



"OLVÍDATE DE MI" decían una y otra vez en cada estrofa.
Con voces suaves pero desgarradas. Con un espíritu de reclamo, dolor y enojo al mismo tiempo.

Pedían a todas las mujeres del vagón que se unieran al canto. Que se guiaran con aquel pedazo de papel que contenía la letra de esa canción. 

A lo largo del vagón estaban todas ellas distribuidas, en grupo como siempre nos movemos las mujeres.... 

En grupo.

Al mencionar esto, me remoto a los viejos y -por desfortunio- ya típicos chistes sobre por qué vamos acompañadas al baño. 

Siempre de dos en dos. Nunca solas. 
Los hombres se ríen imaginando el propósito de ir acompañadas.

Ellos parecen no entenderlo... y nosotras tampoco.

Mientras nosotras lo hacemos sin pensar, nos detenemos para no ir solas, tardamos minutos para decidirnos e invitar a nuestra amiga, mamá, hermana, prima, sobrina...

- "Voy al baño, ¿Vamos?"
- Uuf, sí!  Desde hace ya un rato quiero ir. ¡Vamos!

Instantáneamente, como si naciéramos con ello.

Y es que, en realidad, hemos nacido con ello. Se llama instinto de superviviencia.

Porque sin darnos cuenta interiorizamos y normalizamos la amenza. Nos adaptamos a convivir con ella.

Y amigos/as míos/as. 
Adaptarse no siempre es la mejor solución. 

Ellas cantaban una y otra vez aquellas breves estrofas. Una y otra vez.

Eran de diferentes edades. Pero todas mujeres.

Una de ellas me miró. 
Y me entregó el pedazo de hoja con palabras que me guiaban en su canto.

Y entre canto y canto, algunas de ellas... ya no recuerdo cuántas precisamente, comenzaron a levantar sus voces.

Gritaban, con enojo, dolor y reclamo.
- ¡Por que vivas nos queremos!
- ¡Ni una más! ¡Ni una más! ¡Ni una más!
- ¡Por Leslie, por Mara, por cada mujer violada y asesinada!
- ¡Por cada mujer que el gobierno nos ha hecho creer que se suicidaron, o que fue culpa de ellas!

   ... Por cada mujer violada y asesinada.
¡Dios!

Mis lágrimas comenzaron a caer una tras otra. Mi corazón quería salir, quería gritar. Y al mismo tiempo quería que nadie notara esas lágrimas.

Sólo pensaba... "¿Por qué, hace 12 meses no estaban ahí?!"

¿Por qué, en una mañana donde el sol estaba en su resplandor, cuando iba camino a mi trabajo, yo estaba tan sola y tan sometida entre sus asquerosas manos?

¿Y si me hubiera matado? ¿Estarían ellas gritando mi nombre?

Hace 12 meses trataba de encontrar una parte humana de aquel monstruo. Trataba de evitar que me disparara... su arma contra mi sostenida con su mano inestable.

Buscaba por la ventana que alguien se diera cuenta y me liberara. Pero no había nadie. Deseaba que se llevara mis cosas y me dejara libre. 
Pero incluso mi libertad estaba en sus manos y no en las mías .

No pude evitar que hiciera de mi lo que quiso.

No pude. 



Decidí que aquello que no había tocado debería permanecer intocable por él. 

Me dañó como mujer. 
Como profesional.
Como ser humano.

No salí durante meses, me aislé del mundo... no dormía y cuando lo hacía despertaba con un sobresalto de miedo y nerviosismo.

Si salía de casa podría encontrarlo.
Cada auto rojo, cada auto que se acercaba a mi paso. Él podría estar cerca. Sabía quién era yo, sabía dónde vivo ... 

Se acercaba la competencia nacional de Remo bajo techo.
Y en mi búsqueda de un sentido a mi vida creí que  "Remo" no había sido dañado. 

Y aunque no pude salir de casa por unos meses... me aferré a la idea de proteger con mi vida esa parte de mí que con su sucio ser no había tocado. 

Y entonces, decidí ir a la competencia. 
Con mi familia. Sostenida y protegida.

Regresé a casa, no volví a salir en días .... pero cuando lo hice, salí al mundo. 



"OLVÍDATE DE MI" Cantaban... todas ellas, en grupo.
Nunca solas.




viernes, 21 de diciembre de 2018

La última quimio



Hace 6 años fue nuestra última quimio...🖤
Creí que lo peor ya había pasado. Que todo había terminado.

Y esto no termina hasta que termina, por ese motivo celebro mi "Cancerversario" en la fecha en la que volví a la vida.

No celebro a la quimio, aunque médicamente hizo un excelente trabajo.... no es mi objetivo de celebración .

Celebro mi propio vuelve a la vida. Celebro el "frabulloso día" el día en que toqué la muerte pero me aferré a la vida.



Los siguientes 9 días fueron, en realidad, lo más difícil. No tenía idea que 9 días después sentiría el mayor estrago de la quimio.

Ya ni siquiera sabía qué era lo que me consumía hasta el deceso. Pero sí sentía cómo me iba apagando poco a poco.

Quizás no sabía que estaba muriendo. Pero sentía esa ansía de poder descansar. De poder dar fin a un tratamiento que había terminado la metástasis pero me estaba matando.

Ya estaba harta. Cansada.

- "Sólo un poco más"
- "Viene Noche Buena, tienes que estar"
- "Estoy cansada. Ya no más"
-"Duerme, descansa. Escucha, aprecia. Observa a tu familia, grábalos en tu mente...¿Qué más puedo pedir? Lo tengo todo"
- "Come un poco, saborea... Aunque en seguida venga el vómito"
- "Pa... Ma, no puedo más....llévenme a urgencias"


Una última quimio que no quería, mi cuerpo gritaba que ya no quería más. Mis papás querían salvar a su hija.

Mis hermanas querían que yo no sufriera más .

Y yo, yo quería descansar. 
Sólo quería paz y descanso.


Ya tenía la dicha de haber escuchado que el tratamiento había terminado. Ya había sentido la gloria. Ya habíamos roto en llanto y habíamos dejado que el silencio se adueñara entre nosotros. Disfrutando ese momento tan tan tan esperado desde el inicio del tratamiento.

Ya podía partir en paz. 🦋🖤

domingo, 2 de diciembre de 2018

9 años viviendo con Discapacidad



Llevo 9 años con discapacidad. Y Mercedes Godoy, pintora mexicana y fundadora de Pintadita a tu salud, definió mi vida con discapacidad en dos excelentes y graciosas palabras: #PataLoca.

Definitivamente en una #PataLoca se ha convertido mi pierna de titanio .

Recuerdo la tarde antes de la cirugía en la que retirarían el osteosarcoma de mi fémur  (cáncer en el hueso).

Esa tarde llegó a mi cama (cama 606) la Dra. Cario para reiterarme el procedimiento que harían en el quirófano. 

Para ser sincera yo me sentía plenamente confiada en el equipo de Tumores óseos. Y sabía que ellos harían lo que fuera necesario para salvar no sólo mi pierna, sino -lo más importante- mi vida.

Sin embargo, la Dra. Cario quería rectificar el procedimiento y a su vez hacerme la sugerencia que muchas personas quisieran evitar en su vida.

Me explicó que el plan de la cirugía estaba basado en los estudios de imagenología. Estos estudios daban una idea muy clara sobre la localización y estado del tumor, el cual se había logrado reducir con las quimios a un tamaño de 7cm de diámetro.

Pero... -Si, el incómodo "Peeeeeero"-, la verdad sería expuesta al momento de "Abrir" mi pierna en el quirófano.

Y era totalmente comprensible éste argumento. Así que la Dra. Cario procedió a explicarme que, de no lograrse la colocación de la prótesis  (era el plan), entonces tendrían que amputar. Y para ello necesitaba mi autorización .

La Dra. Cario fue muy sutil, humana y clara. Aunque noté un poco de nerviosismo en su rostro y temor al explicarme la posiblidad de amputación. 

Quizás algunos imaginen una reacción impulsiva o explosiva ante la siquiera insinuación.  Incluso la Dra. Cario parecía estarse preparando para mi reacción .

Yo le dije:
- ¡Claro! ¿Dónde tengo que firmar?

Por unos segundos la Dra. Cario parecía atónita. De inmediato me mostró el consentimiento informado. 

- ¿Estás loca? Señora, no. ¡Dígale a su hija que no lo acepte!- exclamó la tía de mi compañerita de habitación. Una chica de 23 años que recién había tenido una cirugía en la columna.

Mi mamá me dejaba tomar mis decisiones. A veces mis papás me compartían su opinión y dejaban a mi criterio mi decisión.
Ellos saben que soy muy necia y terca. Pero siempre se encargan de ponerme de frente a mis posibilidades y recomendaciones.

Ésta vez mi mamá me miró, y me dijo- "¿Estás segura? Tú decides"-

- Sí, muy segura. Yo sólo quiero que me quiten éste maldito tumor. De cualquier manera anoche me despedí de mi pierna.

... 

- Dra. hagan lo que tengan que hacer pero por favor, retiren el tumor.- Me dirigí a la Dra. Cario .

Firmé.

La cirugía duró 8 horas.
Salí de quirófano con 42 puntos.
Transfundida con 4 paquetes de sangre.
Con un tubo conectado a mi para drenar mi sangre.
Sin dolor.
Con fiebre intermitente.
Débil. 
Sin tumor.
Con mis dos piernas. Una de ellas de titanio.
Salí con vida.

Hoy mi prótesis lleva 9 años conmigo .
Es una maravilla porque puedo caminar y flexionar mi pierna. 

Puedo remar.
Puedo escalar.
Puedo saltar.
Puedo hacer ejercicio.
Puedo bailar un poco.
Puedo puedo puedo...

Poco a poco he ido descubriendo algunos talentos de Ro-T (así le he llamado). 
Cada vez que hay algo nuevo siempre digo "Vamos a intentarlo!! Si no se puede pues ya ni modo".

Y aún después de 9 años sigo considerando que la amputación continúa siendo una posibilidad.

En teoría las prótesis duran de 10 a 15 años. Los médicos indicaban que podría durarme más tiempo porque soy muy delgadita y nunca engordo. 

Pero seamos sinceros ... después de cada cosa que hemos hecho juntas, ¿Creen que dure tanto?

Asumo la amputación como una posible opción en algún futuro. No me asusta ni me cierra mis opciones de vida.

He aprendido que salvar nuestra vida vale más que quedarme sin una pierna.

El tumor se fue.
Mi vida recuperé.

Y eso era lo único que me importaba.
Yo sabía que después de ello buscaría la manera de continuar.

Y así lo hice.
Busqué y busqué siempre vías alternas para obtener la vida que siempre quise tener.

No la he tenido tan sencilla.
Vivimos a la par de la enfermedad crisis económicas. Mi Universidad está a 2hrs de camino y en aquel entonces seguía estudiando.

Hoy entreno a 2hrs 30min de distancia de mi casa. No tengo auto. Utilizo transporte público.

No todas las personas me ceden el asiento, así que entre tumulto y empujones viajo todo mi trayecto.

¿Que si pido el asiento?... No, ya no. A veces no tolero escuchar respuestas como "Yo también me cansó" o "Yo llevaba más tiempo que tú esperando el metro/metrobus" ... son respuestas que me sacan de mi entendimiento. 

En esos casos, sólo recuerdo todo lo que he sido capaz de hacer y me digo a mí misma "Tendrás un pedazo de pierna y un pedazo de pulmón menos que ésta persona ... pero aún así puedes aguantar más que esa persona que pelea con uñas y dientes un asiento. Vamos Ro, ya en la noche descansarás." Y dedico todo mi trayecto en proteger mi pierna de algún golpe.

Tampoco ha sido fácil que me contraten por la discapacidad o por mi antecedente del cáncer. Así que abrí mi propia empresa. Tardé un año en construirla y hoy va avanzando poco a poco.

Está claro que no tendremos todo en la vida. Hay personas con discapacidad que tienen los medios para tener una vida accesible y para sustentarse. Pero otras áreas de su vida aún les hace sentir atorados en la vida. En otras personas, aún no logran superar el drástico golpe de la discapacidad. 

Y es totalmente comprensible.

Es un hecho real. Así que no te compares con nadie. Cada quien tiene sus propias batallas internas. 

Lo que para mí es difícil quizás no lo sea para los demás y viceversa.

Es sólo en una cosa en la que podemos coincidir: Todos queremos amar la vida.

Vivir lo mejor posible.

Así que, hazlo real.
Transforma tu realidad y construye la realidad que deseas.

Deja de ser víctima y toma las riendas de tu vida.

Si tienes discapacidad, explota entonces tus capacidades. Aquello que sí puedes hacer.

Y si no tienes discapacidad  valora cada potencial de tu cuerpo. Ámalo. Respétalo. Acéptalo. Cuídalo.

Si el día de mañana tu vida te sorprende con una discapacidad, no olvides que no es el fin del mundo. Si no el inicio de un nuevo mundo. 


Y suceda lo que suceda... vuela tan libre como una Mariposa.





sábado, 22 de septiembre de 2018

Mi camino sigue en pie

Hace 3 meses que  no escribo. Hace mucho tiempo que dejé de escribirles.

Estos meses han sido un revuelo de muchas emociones y situaciones que me han llevado al límite .

Circunstancias que me han mostrado que por más que pasen los días aquel evento de diciembre no se irá. 

Aún me cuesta trabajo contarles lo que sucedió. Ni siquiera me salen palabras para expresarlo.

Pero me inundo de emociones por el tan sólo recuerdo.

Tardé 3 meses para poder salir a la calle. Los autos rojos aún me asustan. Los autos que avanzan en movimiento lento me alteran todavía.

Y la imagen de las placas siguen presentes en mi mente...

Sin embargo, me negaba a la idea de quedarme enterrada. De no continuar con lo que estaba construyendo.

Y aunque me sigo sintiendo destrozada por dentro, recojo fuerza para seguir y proteger del mismo destino a quien me necesita.

Convertí el enojo en coraje para continuar.
Me rehusé a convertirme en víctima, a sentir lástima por mi misma. Me rehusé a darle poder a aquello ocurrido. Me negué a que todo ello se atreviera a tocar mi camino construido .

Y así fue como decidí proteger lo único que no se había tocado. Me hirieron, en cada aspecto que podía ser posible. Pero no me mataron.

Por alguna razón me dejaron.
Por algún motivo no fui una más.
Mi vida estaba de nuevo en mis manos.

Y lo único que estaba de pie era Remo.
No podía dejar que se derrumbara también.

Dos meses después acudí al Campeonato Nacional de Remo bajo techo. 

Y desde entonces no me detuve .... 
Seguí, seguí, y seguí.

Hasta hoy.
No me detuve, hasta llegar al Mundial de Remo. No paré hasta lograr que mi camino se fortaleciera.

Descubrí que aún con mi cuerpo fuerte y mi mente concentrada, es la fortaleza espiritual la que siempre siempre nos levantará para seguir.

La Regata tiene 2000mts de esfuerzo y satisfacción.

Llegamos a la Agonia.
Habíamos llegado a los 1000mts, yo necesitaba un cambio de ritmo que me exigiera más a mi mente. Que lograra reactivarme.

Grité "10 activas...Va!" Avanzamos y decidimos continuar con ése ritmo. "No lo bajes"- pensaba mientras mi energía se agotaba.

Escuchaba gritar a mis compañeros. Escuchaba cada grito de fuerza...

Íbamos a los 500mts. Mis piernas seguían el circuito de movimiento. Seguían su ritmo. Tenían decisión propia. Yo ya no tenía control sobre ellas.

"Sólo un poco más, vamos, respira, no sientes tus piernas. Confía en ellas. Sigue! Sigue Más!"- pensaba en esos 500mts.

Pensaba en todo lo que había vivido para llegar aquí. Pensaba en las personas que me han apoyado para seguir...Pensaba que no era momento para quebrantar.

Remamos, remamos y remamos sin soltar el ritmo. Sin dejar absolutamente nada en nuestro cuerpo. Vaciando cada aliento y cada fuerza en la Regata.

Escuché el sonido de la meta. Ya no podía más. Mi coach gritaba "Sigan remando! No se detengan así!". Pero mis piernas ya no se movían. Ya hacía 500mts que no sentía mis piernas...

De pronto mis piernas comenzaron a temblar. Brincaban. No dejaban de moverse. Yo no podía detenerlas.

Espasmos que gritaban cansancio y dolor.
Pero mi espíritu estaba regocijando satisfacción y orgullo! Terminamos La Regata!

Entonces, Mi entrenadora gritó "8:18!!!" 

Wow!!!! Nuestro tiempo récord!!!!
Mis piernas seguían con espasmos y no las sentía. No sentía mis piernas. No respondían.

Pero mi corazón estallaba de felicidad!!! Todos celebramos de felicidad y satisfacción!!!

Llegamos al muelle.

Y caímos rendidos. Felices y rendidos.

Mi camino seguía en pie... y aún sigo andando en él .

miércoles, 27 de junio de 2018

A 6 años de sacar la metástasis de mi cuerpo.

Izq. Tratamiento para metástasis pulmonar; 
Der. Hoy: 6 años después.
El Osteosarcoma y la metástasis pulmonar.- El osteosarcoma es un tipo de cáncer cuyas células actúan de manera acelerada. El tumor crece rápido y tiene la posibilidad de expandirse no sólo en el área afectada sino a otras zonas óseas o bien, a otros órganos.

Hace 6 años entré a quirófano.
Hace 6 años, con el gran trabajo médico, logré expulsar al tumor que se alojaba en mi pulmón derecho.

Recuerdo que en Enero de ese año (2012) comencé a tener dificultad para respirar.
Cuando exhalaba, el aire que entraba a mis pulmones no llegaba hasta el final. Es decir, se quedaba "Atorado" a la mitad de su trayecto.

Cada año, justo en Enero, tenía ataques de ansiedad. 
En enero del año 2008 fue cuando me diagnosticaron por primera vez cáncer, así que como un signo de estrés postraumático, cada año mi cuerpo o mi mente recuperaba aquel momento y de inmediato comenzaba a reaccionar.

Pero en esta ocasión percibí algo real. 
No era un ataque de ansiedad común, algo estaba ahí.

Lo comenté con mis papás, y por supuesto que negaron cualquier posibilidad del regreso del cáncer.

Yo soy muy terca, así que insistí...insistí...insistí.
En efecto, en aquel tiempo estaba cerca de cumplir 23 años. 
Yo era una adulta que podía tomar decisiones y actuar.

Pero a veces necesitamos que alguien nos diga "Tranquila, vamos."
Y no precisamente porque no podamos hacerlo solas, sino porque necesitamos refuerzos.
Necesitamos a nuestro batallón, a nuestro botiquín de emergencias, a nuestro sostén.

Fuimos a solicitar una consulta médica espontánea (así le llaman en mi hospital), y cuando pasamos a consulta el médico me dijo que era normal que me asustara de ese modo, que no habría razón para angustiarme.

Y, como una forma de tranquilizarme me dijo:

- Ok Rocío, te veo muy angustiada. Para que te quedes tranquila, te enviaré la orden para una Tomografía y Radiografías. Y nos vemos la siguiente semana.

Así fue, me realicé mis estudios y cuando llegué a consulta médica por mis resultados la calma llegó. Un residente nos atendió:

- Hola Rocío, tengo tus resultados. [Mientras abría un sobre]

... Con un aire nervioso e inseguro me dijo:

- Muy bien Rocio, tus resultados indican que existe presencia de células malignas en tu pulmón derecho...

[Sonreí con desánimo]

- Ya lo sabía. Dígame, ¿Qué tratamiento me van a programar?

El médico quedó atónito.
Creo que esperaba una reacción más dramática, pero en realidad yo estaba en shock sin embargo, para evitar que florecieran los sentimientos de tristeza, enojo e impotencia... sustituí esa reacción emocional con una reacción más conductual. Una respuesta que implicara pensar acerca de lo que me tocaba hacer y no enfocarme en lo que estaba sintiendo.

En el momento funciona muy bien!
En el momento, aislar tus emociones te ayuda a tomar decisiones más certeras o mejor pensadas.

Pero sí es necesario dejar a la libertad de expresión nuestras emociones.

Pero bueno! El hecho de escuchar que en efecto, el malestar que tenía para respirar era metástasis me tranquilizó en cierto modo.

Puede sonar algo extraño, pero era más fuerte mi angustia que la noticia.
Esa angustia de la incertidumbre es tormentosa. 

Sin embargo, no quita el impacto sobre nuestras vidas una noticia como la metástasis.

No quita el hecho de sentir que tu vida es arrebatada nuevamente, no evitamos el enojo ni el pensamiento de:

- Carajo!!! ¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¿Por qué regresas a destrozar nuevamente mi vida? ¿Por qué, justo cuando estoy recuperando lo perdido... tú regresas? ¿Por qué?


Y quizás nunca sabremos la respuesta.
Eso es lo que nos tocó vivir, y es lo que nos tocará afrontar.

Hoy por hoy mi idea acerca de la metástasis es menos catastrófica que antes. Y considero que haber vivido y sobretodo SOBREVIVIDO a una metástasis me hace pensar lo fuerte que es mi cuerpo, las ganas que tengo de vivir, la entereza para aceptar mi muerte y la fortaleza que tuve para afrontar una metástasis.

No me siento súper héroe pues soy susceptible a cualquier metástasis o accidente. Y tampoco pienso que soy una "Guerrera", hice lo que tenía que hacer para recuperar mi salud.

Pienso que soy una persona que reaccionó como cualquiera lo haría en esta situación.
Pienso que como persona, no todo el tiempo fui fuerte, no todo el tiempo me mantuve entera, no todo el tiempo estuve de pie,  no todo el tiempo sonreí, no todo el tiempo podía disfrutar de la vida.

También me rompí, también me quebranté, también sufrí, también elegí renunciar al tratamiento.
Y también quise morir.

Hoy por hoy, sé lo que es la muerte.
Hoy por hoy, sé lo que es la vida.

Hoy por hoy... estoy lista para las metástasis que quieran venir.
O para aquellas que jamás vendrán.


viernes, 12 de enero de 2018

Mis alas bajan para levantar vuelo...

Retomar el vuelo
¿Todo Renace?.- Han pasado 21 días. El recuerdo permanece tan vívido, las emociones permanecen pero ahora en menor intensidad. No sé si es porque trato de sepultarlo o porque el tiempo transcurre suavizando esa huella.

Aún mi voz se detiene tratando de tomar aliento para poder liberar las palabras. Y cada ocasión que he repetido en voz alta la historia siento que mi voz no es la única en romperse. Mis alas, ellas se sienten rotas.

Siempre supe que una mujer era valiente al compartir una experiencia similar. Pero nunca imaginé que permanecía presente este remolino de emociones que siento hoy.

Algún día podré externarlo sin pesar, sin confusión y sin dolor.
Ese día no es hoy...

Sin embargo, hoy mis alas sintieron un aire conocido. Hoy, por 90min ese dolor se fue, ese pesar y miedo simplemente desapareció. Hoy descubrí que mi pasión y amor a mi profesión me ha sanado por 90min. Y esa felicidad y satisfacción se logró extender por el resto del día, disminuyendo conforme pasaban las horas pero aferrándose a mi memoria.

Hoy mi mente salió de ese Stand by, de ese estado en neblina y sin rumbo. Hoy mi mente y corazón, lograron conectar y dar un poco de mi a alguien más. Logré, desde mi neblina, lanzar un rayito de luz a personas que están en una neblina similar... en su caso, se trataba de la neblina del cáncer. Una neblina diferente a la que vivo hoy en día, pero neblina a fin de cuentas.

Darme cuenta que soy capaz de enviar estos rayitos hacia otras personas, se convirtió en una muestra de fortaleza que permanece dentro de mi. 

Debo confesar que tampoco dormí bien en esta última noche, en estas últimas 21 noches. Dentro de ellas, sólo un día he descansado. Mientras que el resto de las noches... mis pesadillas continúan, mis sobresaltos al despertar encienden mi cuerpo de focos rojos alertando un peligro que ni siquiera presente está, impulsos que aceleran mi respiración y mi corazón.

Añoro mis noches de sueño, añoro mis amaneceres de paz.
Necesito descansar.

Aún no he salido sola a la calle. Todavía necesito compañía.
Mientras recorro mis rumbos acompañada de alguien más o en auto, mis ojos se mantienen atentos a cada placa, auto rojo de tres puertas y a su conductor. Mi mente piensa "Atenta. En cualquier momento lo verás por aquí"

Es una reacción que no puedo evitar, me provoca tensión, angustia, estrés... Miedo. Mis respiraciones se hacen cortas, rápidas y tensas. Y entonces los ataques de ansiedad se presentan ante mí.

Salgo del "perímetro de riesgo" (según mis criterios). Pero mi estado de alerta, aunque en menor intensidad, se mantiene ligeramente activo. 

¿Denunciar?
En efecto se considera Delito Mayor lo ocurrido hace 21 días.
En efecto mantienen mi anonimato.
El daño psicológico es suficiente prueba para determinar que los hechos ocurrieron.
Su rostro es totalmente identificable en caso de ser arrestado.
Sus placas, engomado y descripción del auto los tengo muy presentes en mi memoria.
Mi foto con mis datos personales están en su teléfono celular.
Y con suerte, podría existir alguna cámara de vigilancia en los puntos donde estuve con el agresor.
Un(a) psicólogo(a) estará siempre a mi lado cuando acuda a cada citatorio.
Un(a) asesor(a) legal estará monitoreando que el proceso del Ministerio Público cumpla con sus estatutos.
Recibiré protección de patrullaje en la periferia de mi vivienda.
Tendré en mi mano el número de emergencia que las autoridades asignen para mi llamada de auxilio en caso de que el agresor vuelva.
Finalmente, y lo más importante para mí, recibiré atención médica y psicológica.

Y a pesar de este programa tan detallado por un centro de justicia para mujeres... me sigo sintiendo insegura con ello.

Nada de esto asegurará mi bienestar e integridad tanto propia como de mi familia. Nada me asegurará que la sentencia sea justa y efectiva. Mucho menos tengo asegurado que terminado el juicio mi vida o la de mi familia estará a salvo.

Y entonces, ¿Qué me queda hacer?


Pienso en el cáncer, en todo lo que viví con el cáncer, en cada momento en el que mi vida dependía de un suspiro... Pienso que es tan similar y la posibilidad de repetir lo aprendido con el cáncer. Pienso que la capacidad de sentir fuerza en mis alas pronto volverá.
Pienso que es cuestión de caminar por los mismos pasos para poder levantar mi vuelo.

Por el momento... lo único que quiero es descansar.