viernes, 12 de enero de 2018

Mis alas bajan para levantar vuelo...

Retomar el vuelo
¿Todo Renace?.- Han pasado 21 días. El recuerdo permanece tan vívido, las emociones permanecen pero ahora en menor intensidad. No sé si es porque trato de sepultarlo o porque el tiempo transcurre suavizando esa huella.

Aún mi voz se detiene tratando de tomar aliento para poder liberar las palabras. Y cada ocasión que he repetido en voz alta la historia siento que mi voz no es la única en romperse. Mis alas, ellas se sienten rotas.

Siempre supe que una mujer era valiente al compartir una experiencia similar. Pero nunca imaginé que permanecía presente este remolino de emociones que siento hoy.

Algún día podré externarlo sin pesar, sin confusión y sin dolor.
Ese día no es hoy...

Sin embargo, hoy mis alas sintieron un aire conocido. Hoy, por 90min ese dolor se fue, ese pesar y miedo simplemente desapareció. Hoy descubrí que mi pasión y amor a mi profesión me ha sanado por 90min. Y esa felicidad y satisfacción se logró extender por el resto del día, disminuyendo conforme pasaban las horas pero aferrándose a mi memoria.

Hoy mi mente salió de ese Stand by, de ese estado en neblina y sin rumbo. Hoy mi mente y corazón, lograron conectar y dar un poco de mi a alguien más. Logré, desde mi neblina, lanzar un rayito de luz a personas que están en una neblina similar... en su caso, se trataba de la neblina del cáncer. Una neblina diferente a la que vivo hoy en día, pero neblina a fin de cuentas.

Darme cuenta que soy capaz de enviar estos rayitos hacia otras personas, se convirtió en una muestra de fortaleza que permanece dentro de mi. 

Debo confesar que tampoco dormí bien en esta última noche, en estas últimas 21 noches. Dentro de ellas, sólo un día he descansado. Mientras que el resto de las noches... mis pesadillas continúan, mis sobresaltos al despertar encienden mi cuerpo de focos rojos alertando un peligro que ni siquiera presente está, impulsos que aceleran mi respiración y mi corazón.

Añoro mis noches de sueño, añoro mis amaneceres de paz.
Necesito descansar.

Aún no he salido sola a la calle. Todavía necesito compañía.
Mientras recorro mis rumbos acompañada de alguien más o en auto, mis ojos se mantienen atentos a cada placa, auto rojo de tres puertas y a su conductor. Mi mente piensa "Atenta. En cualquier momento lo verás por aquí"

Es una reacción que no puedo evitar, me provoca tensión, angustia, estrés... Miedo. Mis respiraciones se hacen cortas, rápidas y tensas. Y entonces los ataques de ansiedad se presentan ante mí.

Salgo del "perímetro de riesgo" (según mis criterios). Pero mi estado de alerta, aunque en menor intensidad, se mantiene ligeramente activo. 

¿Denunciar?
En efecto se considera Delito Mayor lo ocurrido hace 21 días.
En efecto mantienen mi anonimato.
El daño psicológico es suficiente prueba para determinar que los hechos ocurrieron.
Su rostro es totalmente identificable en caso de ser arrestado.
Sus placas, engomado y descripción del auto los tengo muy presentes en mi memoria.
Mi foto con mis datos personales están en su teléfono celular.
Y con suerte, podría existir alguna cámara de vigilancia en los puntos donde estuve con el agresor.
Un(a) psicólogo(a) estará siempre a mi lado cuando acuda a cada citatorio.
Un(a) asesor(a) legal estará monitoreando que el proceso del Ministerio Público cumpla con sus estatutos.
Recibiré protección de patrullaje en la periferia de mi vivienda.
Tendré en mi mano el número de emergencia que las autoridades asignen para mi llamada de auxilio en caso de que el agresor vuelva.
Finalmente, y lo más importante para mí, recibiré atención médica y psicológica.

Y a pesar de este programa tan detallado por un centro de justicia para mujeres... me sigo sintiendo insegura con ello.

Nada de esto asegurará mi bienestar e integridad tanto propia como de mi familia. Nada me asegurará que la sentencia sea justa y efectiva. Mucho menos tengo asegurado que terminado el juicio mi vida o la de mi familia estará a salvo.

Y entonces, ¿Qué me queda hacer?


Pienso en el cáncer, en todo lo que viví con el cáncer, en cada momento en el que mi vida dependía de un suspiro... Pienso que es tan similar y la posibilidad de repetir lo aprendido con el cáncer. Pienso que la capacidad de sentir fuerza en mis alas pronto volverá.
Pienso que es cuestión de caminar por los mismos pasos para poder levantar mi vuelo.

Por el momento... lo único que quiero es descansar.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario