jueves, 28 de diciembre de 2017

5 Años de supervivencia...

Un ángel en el Iztaccihuatl.
Foto tomada el 12 de Dic. 2017
Mi 5to Cancerversario.-  Hoy cumplo 5 Años de haber eliminado hasta la más pequeña célula cancerígena. Hoy celebro 5 años sin una célula de cáncer, celebro el descanso de haber terminado mi tratamiento, celebro que hace 5 años descansé de un tratamiento que, aunque aversivo, salvó mi vida. La metástasis pulmonar no parecía tan agresiva, era un tumor pequeño y operable. Al inicio bastó determinar tres quimioterapias para eliminar cualquier residuo cancerígeno, finalmente fueron seis quimioterapias... Cisplatino.

A 5 Años de supervivencia, imaginaba un escenario lleno de éxtasis y armonía. Estuve contando cada día en espera de esta fecha. Una fecha en la que celebro lo que llamo "Cancerversario", una fecha que me recuerda la fragilidad de la vida y la potencialidad de nuestra Fe para aceptar tanto la muerte como la vida... Sin embargo, la historia de nuestra vida no está totalmente en nuestras manos.

Una vez más la vida me pone de frente a la muerte, de frente a adversidades que están día a día en nuestro alrededor. Justo en una fecha tan especial, la celebración de vida toma otro rumbo, otro significado y otra forma de vivirlo. 


Aquel 28 de Diciembre, de hace 5 Años pude sentir el filo de la muerte, pude sentir que todo el dolor, el cansancio, la preocupación y la aflicción, cesaron por unos segundos. Segundos que me permitieron vivir un estado lleno de paz y descanso profundo. Pero una fina luz de vida me llamó y entonces me quedé.

Hoy, ese filo volvió. 

Hoy comprendo que mi supervivencia va más allá del cáncer. Ser superviviente está en cada uno de nosotros. Cada día, en un mundo violento y desalmado, vamos paso a paso sobreviviendo. Salimos saboreando nuestra libertad de ser y actuar, hasta que somos privados de ello. 

Este año significaba un año en el que tendría un pie del otro lado, donde el cáncer quedaba más lejos de mi. Sin embargo, este año me tocó otro tipo de supervivencia, me tocó hacer lo que yo creí que estaba en mis manos para salvar mi vida... ahora todo lo  veo con rumbo perdido, roto, desbaratado y sobajado.

Leo y leo cada mensaje que he escrito para todos ustedes, leo cada palabra y me veo a mi misma... a esa mujer que hoy no está en la superficie, a esa mujer que al verla me rompe el corazón porque hoy no la tengo viva. Y en cada palabra que he regalado a todos ustedes encuentro un suspiro de vida de esa mujer.

Una mujer que espero sentirla tan viva como hoy la necesito.

Hoy cumplo 5 Años de superviviente de cáncer.
Hoy cumplo 7 días de superviviente de vida...

Hoy aparece una y otra vez la última frase expresada por aquella mujer:





"Y hoy estoy aquí... Y eso basta para sentirme bien.
Sólo estar."








Me aferro a esta última frase, me aferro a pensar que no sólo estoy aquí, sino que -mientras no puedo sostenerme a mí misma- estoy tomada de la mano de mi Familia y amistades que son familia. Y eso basta para sentirme protegida y amada.

Hoy "Sólo estoy", pero estoy.
Cada día es difícil vivirlo, sin embargo estoy.

El resto aun No sé.

domingo, 5 de noviembre de 2017

¿Vivir el "Aquí y el Ahora" Nos causa ansiedad?

Cuando éramos niños/as imaginábamos el futuro. Nos veíamos a nosotros mismos siendo lo que deseábamos ser. Pero no dejábamos de ser niños/as. 

No dejábamos de disfrutar pensar sobre nuestro futuro, y al mismo tiempo no dejábamos de hacer lo que hacíamos, no dejábamos de jugar  o disfrutar nuestros momentos de infancia.

Incluso, ni siquiera nos concentrábamos en pensar si disfrutábamos o no nuestro día a día.

En ocasiones nos apuraba ser adultos, deseábamos crecer pronto para poder resolver aquellos conflictos que nos hacían sentir impotentes por no ser adultos. El futuro parecía ofrecernos una solución a nuestro, entonces, presente. Y entonces pensábamos en nuestro futuro.

Así que, ¿Por qué entendemos que el "Aquí y ahora" se trata exclusivamente sobre actuar y pensar en el presente?, ¿Por qué creemos que pensar en el futuro no es adecuado?, ¿Por qué pensamos que el "Aquí y ahora" se trata sólo de disfrutar y ser feliz?... ¿Por qué terminamos encasillados en el presente?

Si bien, vivir en el pasado y en el futuro no resulta sano, en ocasiones es necesario.
Sabemos que los extremos no son sanos ni útiles. Pero tampoco deben ser negados. 
Nuestro pasado, nuestra historia y nuestros antecesores definen, en parte, nuestro ser.


"Quien no conoce la historia, tiende a repetirla".- frase atribuida a diferentes personajes de eventos históricos.
Conocer sobre nuestro pasado es conocernos a nosotros mismos, pero encarcelarnos en él nos detiene en nuestro camino.

Por otra parte, en la actualidad, pensar en el futuro también ha sido cuestionado:

"No pienses en el mañana...vive el Hoy"
Asumimos que si pensamos en el Mañana dejaremos de disfrutar nuestro presente, creemos que el presente se nos irá de las manos y si no lo disfrutamos entonces será un momento perdido y no valorado. Si no lo aprovechamos, si no lo valoramos entonces afirmamos que no sabemos vivir o disfrutar de la vida.


Hacemos conclusiones y afirmaciones sobre el "Cómo vivir" que más tarde nos generarán estrés o ansiedad. Nos sentiremos obligados a actuar bajo estos supuestos.

De pronto olvidamos cómo asumíamos nuestra vida cuando éramos niños/as. Cuando integrábamos nuestra conciencia del pasado, presente y futuro sin afirmaciones o "Ley de vida".

El "Aquí y Ahora" se ha propagado sin ser reflexionado. Integramos a nuestra conciencia frases, afirmaciones, pensamientos y reflexiones de vida sin ser procesados. ¿Qué pasa cuando integramos algo sin reflexionarlo?

Hablar del "Aquí y Ahora" no significa excluir tu pasado y tu futuro. No significa que no hagas planes. No significa aferrarte a tu presente. Disfrutar del "Aquí y Ahora" no significa tener miedo de no ser capaz de "Disfrutar al máximo"

Finalmente, ¿cómo sabemos que lo disfrutamos al máximo?...Si, aquí viene la ansiedad.

Últimamente nuestro mundo parece tener nuevas reglas sociales:

"Si no está en redes sociales no existe"
"Si no hay foto no pasó"
"Si no hay -likes- no fue importante"
"Si no escribes lo que sientes entonces no lo sientes"
"Si no sonríes no lo estás disfrutando"
"Si no eres feliz entonces no estás valorando tu vida"

Bajo estos supuestos (y existen muchos más), podemos ver que, si no tienes una foto disfrutando del momento entonces no lo disfrutaste al máximo. Concluimos que nuestra vida debe ser pública para demostrar que sí vivimos, que sí disfrutamos, que sí somos felices, que sí valoramos la vida y que vivimos el "Aquí y el Ahora".

Y entonces andamos por la vida buscando "Lo mejor de lo mejor", buscamos el mejor fondo para nuestra foto, ensayamos frente al espejo nuestro mejor perfil para esa futura foto (¿No que sólo pensamos en el "Aquí y Ahora"?), incluso planeamos cómo gastar nuestro dinero porque "Hay que vivir ahora, no sabemos si mañana moriremos".

Bueno, tampoco sabemos si mañana seguiros vivos... y de ser así, veo necesario pensar en nuestro futuro.

Nuestro mundo se ha convertido en Videos en vivo, en documentar lo que hacemos, en publicaciones instantáneas. Nuestro mundo es justamente eso: instantáneo. Ya no sabemos esperar, no sabemos llevar procesos, no sólo queremos llegar rápido sino que queremos llegar primero. 

Un ejemplo, los jóvenes de ahora pueden llegar a los altos puestos directivos.

¡Vaya! Antes las personas que ocupaban puestos directivos eran personas mayores y con bastante experiencia. Hoy conozco jóvenes, no mayores de 30 años con puestos directivos o cerca de obtenerlo. (Y no desacredito su valor profesional)

Nuestra vida va demasiado rápido. ¡Vemos abuelitas de 35 años! Existen anuncios sobre "Termina tu bachillerato en 18 meses" o "Logra un espectacular cuerpo en 3 meses", "Baja de peso sin esfuerzo en tan sólo unas semanas"

Y entonces, confundimos el "Aquí y Ahora" con lo "instantáneo".

¿Por qué esa ansiedad por disfrutar al máximo y ser felices?
¿Por qué el miedo a  que se nos vaya la vida?

¿Sabías que, cuando disfrutas al máximo ni siquiera sabes que lo estás disfrutando al máximo? ¿Sabías que, te das cuenta que has disfrutado al máximo segundos, minutos, horas e incluso días después de haber vivido ese momento? 

¿Sabías que decir "Disfrutar al máximo" implica una comparación con tu pasado?
Así es, "máximo" indica que ha sido "mejor que.." y para ello tuvimos que compararlo (incluso inconscientemente) con otros momentos de nuestra vida. 

¿Por qué nos hacemos esto? ¿Por qué nos estamos obsesionando con este estilo de vida?

Nos enfocamos tanto en Disfrutar de la vida que nos provocamos ansiedad.
Creemos que disfrutar de la vida implica HACER actividades, TENER adquisiciones de valor económico, DEMOSTRAR a los demás que todo esto sí existe.

Y nos olvidamos de SENTIR.

Vemos  nuestros padres o en algunos casos abuelos  y consideramos que mal gastaron su vida en dedicarla al trabajo por años sin "disfrutar" de su dinero. Y entonces decimos "Gasta tu dinero", "No lo dejes para mañana, ¡disfrútalo!" "Viaja, cómprate aquello que tanto deseas" 

... ¿Lo puedes ver? Son recompensas instantáneas.

Asumimos que no gastar nuestro dinero, trabajar arduamente para ahorrar dinero es tiempo y energía perdida. Vemos la vida en términos de "ganancias-pérdidas".
Nos convertimos en una generación materialista.

¿Dónde está nuestro sentir? ¿Por qué depositamos nuestra felicidad y sensación de éxito en lo externo"? ¿Por qué decimos que la felicidad no se compra, pero nos sentimos tristes, derrotados, insatisfechos y agobiados cuando no tenemos aquello para "Disfrutar de la Vida"? ¿Por qué nos parece tan complicado disfrutar de la vida cuando estamos pasando por momentos de escasez, salud en estado crítico o cuando vivimos momentos donde "No tenemos nada"?


¿Por qué creemos que pensar en ahorrar dinero para nuestro futuro no es vivir el "Aquí y Ahora?

Vivir el "Aquí y Ahora" no excluye la planificación de nuestro futuro. Sí, lo sé "No sabemos si mañana vamos a morir" pero tampoco sabemos si vamos a vivir.

Te daré un ejemplo:

- Hoy eres joven, tienes un trabajo con un sueldo que cubre tus necesidades y algo más. Decides disfrutar tu vida porque eres joven. Lo gastas en fiestas, viajes, comprar todo lo que te gusta, comer donde no te preocupes por ver los precios de la carta. No te preocupas por ahorrar porque a final de cuentas si mañana mueres entonces tu esfuerzo por ganar ese dinero no valió la pena.

Pero, ¿y si mañana vives? Y , ¿Si sigues vivo por algunas décadas más?
¿Qué pasará cuando tengas que comprar una casa para vivir con tu nueva familia?, ¿Qué pasará si tú o un familiar atraviesa una enfermedad donde tendrás que cubrir altos costos? ¿Qué pasará si, por más pensamientos positivos que tengas, ocurre algún evento que cambiará tu vida por completo? ¿Qué pasará si llegas a tu vejez? ¿Tendrás tus ahorros?... Tal vez no, porque dedicaste cada día en vivir al máximo y disfrutar de tu presente.

Es cierto que antes las personas dedicaban bastante tiempo al trabajo, creemos que no disfrutaban de su familia y que no tenían tiempo de calidad. Y hoy, algunas personas que viven su vejez podrían decir que fue así, que tanto trabajo no valió la pena. ¿En verdad no disfrutaron? ¿Estamos tan seguros de ello? ¿En qué nos basamos para hacer esta comparación sobre quien sí disfruta y quien no?

Vamos a pensar que hoy puedes tener todo el poder adquisitivo que deseas, que puedes visitar cada rincón del mundo, que puedes probar cada platillo de los mejores lugares. Vamos a pensar que puedes tener el mejor celular, auto, vivienda o la mejor ropa de la temporada. Vamos a pensar que tienes el puesto que deseabas o el trabajo que soñaste. Vamos a pensar que tienes todo y que puedes disfrutarlo todo Ahora.

¿Y luego? ya lo tienes todo, lo puedes disfrutar e incluso tus redes sociales han documentado todo este manjar de felicidad. Y luego.. ¿Qué sigue?


Parece que compramos felicidad y bienestar instantáneos y en cuanto éstos momentos culminan buscamos, ansiosamente, opciones para volver a sentir esa felicidad. Parece que no entendemos que el "Aquí y Ahora" se trata de saber vivir la vida con lo que tenemos Aquí y Ahora.

Porque el Aquí y Ahora no siempre será el mejor escenario de nuestra vida, pero en nosotros, en nuestro interior, incluso sin gastar un sólo centavo, está la decisión de elegir cómo nos sentiremos con lo que estamos viviendo. 

En nosotros está elegir qué decisiones tomar, sean las adecuadas o no.
En nosotros está en ser libres de sentir tristeza, enojo, miedo, alegría, preocupación, etc.
En nosotros está la decisión de qué vamos a hacer con lo que estamos viviendo y en ingeniar nuevos caminos con nuestros recursos personales que en el Aquí y Ahora tenemos.

Así que...
Conoce tu pasado.
Siente tu presente.
Planea tu futuro.

Después de todo ¿Para qué era que queríamos ser grandes?




sábado, 23 de septiembre de 2017

19/09/17 El día que levantamos la mirada

Barquito de Fe

Un sismo que no sólo movió nuestra Tierra.- Por un tiempo olvidamos lo que es ser solidarios unos con otros, olvidamos que somos comunidad. Creímos que lo importante no era llegar sino llegar primero y destacar.

Nuestros rostros estaban siempre mirando hacia abajo creyendo que estábamos conviviendo con los demás. Pero dejamos de vernos a la cara para conversar, crear experiencias y solucionar diferencias, dejamos de vernos la cara para amar. Decidimos ignorar la presencia y darnos la vuelta hacia uno mismo. Mirando hacia abajo.

Nos volvimos una Nación indiferente, egocéntrica y materialista. Una nación que aplaude a quien usa el mejor y más caro celular, una nación que admira sonrisas que se apagan después del flash, que "Levantamos la manita" para expresar que algo nos gusta y no sólo eso... creemos que el amor así se demuestra, comenzamos a halagar el protagonismo y anhelarlo con desesperación y obsesión de "documentarlo al público".

Dejamos de llamar por teléfono, dejamos de escuchar la voz del otro. Nos volvimos sordos ante los demás pero astutos para editar respuestas escritas. Insensibles para "Dejar en visto" a quienes abren un espacio y energía para abrir un vínculo. Abandonamos nuestra espontaneidad y nuestro verdadero Yo a cambio de un Yo editado, un Yo creado como si fuera producto listo para vender a cambio de "Likes", "Seguidores" y sin fin de halagos.

Nos dejamos, nos abandonamos y nos olvidamos.
Dejamos atrás nuestra esencia como mexicanos.
Nos olvidamos de aquellos mexicanos que éramos. Amables; respetuosos; trabajadores; amantes de nuestras cosechas; orgullosos de nuestras tradiciones; olvidamos que preferíamos estar en casa a la hora de la comida para platicar, reír, vernos a la cara, sentir nuestro calor y energía; la comida hecha en casa era el mejor platillo que podíamos probar... porque estaba hecho con amor y pensando en cada uno de nosotros.

Nos olvidamos.

Y hoy la Tierra nos movió hasta lo más profundo de nuestro ser.
Nos movió la conciencia, nos movió nuestros valores... Nos movió el corazón.

Hoy estamos juntos caminado, de mano a mano. Abrazamos al desconocido,  sentimos el dolor del otro. Dejamos de estar ensimismados para levantar la mirada y observar que no somos únicos, ni protagonistas ni mejores que otros. La naturaleza nos recordó que somos insignificantes ante ella y le debemos respeto.

Dejamos el celular para remover una piedra. Dejamos de decir "Estoy en...(La mejor tienda, el mejor restaurante, el mejor centro comercial...el mejor, el mejor, el mejor)" a cambio de decir "Vamos a donde nos necesiten".  Dejamos de retocarnos a cambio de terminar empolvados por levantar escombros. Dejamos de preocuparnos por el "Con qué me veo mejor" a cambio de usar botas, pantalón, guantes y casco. Dejamos de ensimismarnos para mirar al otro y sentir su sentir. Cambiamos un "Me entristece" y comprendimos que con nuestras miradas podemos expresar "Tu dolor es mi dolor", un "Me encanta" también se dice con un abrazo o una sonrisa.

¡Nos miramos al fin! ¡Nos desvirtualizamos por fin!

Espero que este evento que movió nuestra conciencia de vida también nos mueva los corazones y entendamos, por fin, que lo importante no es llegar primero ni ser el mejor.  Lo importante es caminar juntos de la mano, de corazón a corazón.

Deseo que pasando esta tragedia, lo único que se quede sea nuestro espíritu mexicano.

martes, 5 de septiembre de 2017

¡No quiero ir a mi consulta!


Un consultorio médico siempre
 genera un poco de suspenso.
   No quiero ir a mi consulta.- A pesar de toda la experiencia que podemos adquirir en nuestra vida, acudir al médico (sobretodo por los resultados de una biopsia) no es un experiencia que nos genere comodidad.

Aunque sabemos que acudir al médico es nuestra responsabilidad para con nosotros mismos, aunque tenemos muy claro que acudir al médico nos permitirá mantener nuestro cuerpo vigilado y alerta ante cualquier intrusión... Aunque sabemos que los resultados de nuestros estudios nos darán cierta tranquilidad, aunque existe mayor probabilidad de resultados favorables, nos cuesta trabajo cumplir con este compromiso.

Somos expertos aplazando nuestras citas médicas, colocamos otros planes como prioridades. El trabajo es más importante, la familia es más importante, relajarnos o divertirnos es más importante. Y en efecto son importantes, pero pese a ello, aún está presente esa pequeña o grande incertidumbre. Aún hay momentos en los que pensamos "¿Y si tengo algo grave?" Y entonces... ¡Menos queremos acudir! No queremos escuchar más noticias desagradables.

Y es en este punto donde podemos dar cuenta de nuestra emoción verdadera... No es incertidumbre, es Miedo y es inseguridad. 

Tal vez los resultados no son catastróficos y es nuestra mente la que genera conclusiones irreales, aunque parecen lógicas están basadas en nuestros más profundos temores. 
- Mañana sí voy, decidido.- Pienso cada vez que voy a la cama. Programo mi alarma, de hecho programo dos alarmas porque sé que la primera no será suficiente para ponerme de pie.


Cuando llega el día siguiente, suena la alarma y a los pocos minutos suena la segunda alarma. Sin embargo, he despertado por completo con la primera alarma esperando escuchar la segunda alarma mientras observo el techo de mi habitación. 

Pienso y pienso. Me imagino llegando a consulta médica y recibiendo mis resultados. Después pienso acerca del tratamiento, pues es un hecho que deberán realizarme una pequeña cirugía y aún así temo por los resultados.

Pese a existir probabilidades favorables, la palabra "Biopsia" no genera ningún tipo de confianza y seguridad. Dos de tres han salido positivas en presencia de células malignas... esta tercera podría ser negativa, no podría ser grave. Aún con ello sigue presente esa repulsión a la consulta.

He pasado una semana despertando cada mañana para apagar mis dos alarmas, pensando sobre los resultados, sobre la cirugía, sobre guardar reposo por dos semanas, pienso que mi vida no tiene la estabilidad que deseo, pienso en cada pendiente por cumplir, y pienso que acudir al médico por los resultados de esa Biopsia será como abrir una caja de Pandora... esta vez una caja donde conozco el camino. Donde conozco ambos senderos, pero no tengo certeza alguna sobre cuál de ellos me tocará andar.

Y no me preocupa tanto (sólo un poco, quizás lo considerable) andar por cualquiera de los dos senderos, lo que temo es perder mi autosuficiencia. Temo estar nuevamente en cama, sin poder avanzar en mis proyectos, sin poder efectuar los planes familiares, temo quedar atada sólo para observar cómo pasa la vida dejando escombros y yo sin poder hacer algo para salvaguardar lo que esté en mis manos.

No es sueño, no es desidia... es la vida la que me causa ese insomnio y esa postergación a mi consulta médica. Son pequeñitos demonios traviesos que les gusta despertar por la noche, son preocupaciones que encuentran energía durante la noche, son ruidos sin sintonía ni armonía que generan ése insomnio.

Ahora tengo un espacio libre en mi mente, un ruido que halló su sintonía, una preocupación menos un pequeño demonio  que encontró paz... una pelotita menos que malabarear. Ahora podré agregar la pelotita de mi salud y entrar nuevamente en juego. 

Dicen que lo que tenga que ser...será. Y así es.
Son justo en estos momentos donde, como sobrevivientes, podemos aplicar lo que aprendimos en aquellos momentos inestables.

Aprendimos que pase lo que pase tendremos las herramientas necesarias para pasar por ese sendero que nos espera. No existen promesas de salir ilesa, sin un rasguño o al menos sin un tropiezo. Pero podemos caminar sobre él, el logro es ése...caminar sobre él.
El resultado es subjetivo, mientras unos lo ven como una pérdida tu lo puedes ver como ganancia, o viceversa. Con el tiempo los matices de cómo percibimos un hecho cambian en cada instante, de pronto son benéficos, y en otro momento los consideramos una barbaridad. Pero siempre siempre serán aquello que necesitamos vivir.

Lo importante es apagar la primera alarma, levantarte, arreglarte y acudir a esa "*&#%#!!" Consulta.

Son las 4:12am
Si en unas horas acudo a esa consulta, el día de mañana podré dormir un poco más.

sábado, 22 de julio de 2017

Perder y ganar.

Mi bastón y yo andando por la vida



-Albert Espinosa (escritor) me enseñó que el cáncer y los tratamientos tienen demasiadas similitudes con otras áreas de nuestra vida- 

Durante el cáncer pierdes muchas cosas. Yo perdí la tercera parte ósea de mi pierna izquierda, un pedazo de pulmón, mi cabello lo perdí en 3 ocasiones, perdí mis pestañas y por fin me atreví a usar pestañas postizas(son lo máximo), mis uñas perdieron su atractivo, lucían opacas, quebradizas, secas, y de un color oscuro...ni siquiera podía ocultarlo porque no me dejaban pintarme las uñas. Así que, cuando fue la fiesta de mi graduación me puse uñas postizas y a los 2 días tenia mi primera quimioterapia de ése cáncer (Metástasis pulmonar). Me rebelé y fui con mis uñas postizas a mi quimioterapia. Después de la quimioterapia me las quité.



También perdí amistades. Perdí la oportunidad de ser universitaria regular(O iba a clases o vomitaba- efectos de la quimioterapia-). Abandoné el plan de trabajo que iba camino a selección de voleibol, la idea de intercambio estudiantil en el extranjero pasó a ser intercambio de hospital a hospital, la ropa no me quedaba. Físicamente no eres la misma. 

Pierdes constantemente. Así que aprendes a disfrutar y desapegar. Disfrutar y desapegar..

Para estar bien necesitas no tener células malignas en tu cuerpo. ¡Sácalas!
El tratamiento eliminará células malignas y al mismo tiempo perderás células sanas. Al perder algo una parte de ti se irá.

Necesitas fortalecer las células sanas que quedan. Cuando pierdes algo no significa que pierdas todo. Ni significa que nunca volverá. Como perder tu cabello por la quimioterapia, después de los tratamientos mi cabello creció, diferente pero creció. Más sano, más fuerte, e incluso creció rizado.



Después de cada quimioterapia te hacen análisis para tomar decisiones respecto al proceso de tu tratamiento (RX,TX,RM,EGO, Medicina Nuclear,entre otros. Los médicos tienen mucha imaginación para revisar tu cuerpo). Así como en las quimioterapias, en nuestra vida tenemos que darnos el tiempo y espacio para evaluar cómo nos sentimos: ¿Cómo estas?...¿hay algo que debes cambiar?, ¿Algo que no te gusta o no funciona? ¡Cámbialo! Para eso son los chequeos, para echar un vistazo a nosotros mismos y con esa perspectiva poder tomar decisiones para estar mejor.

Eliminar células malignas y benignas al mismo tiempo tiene su costo. Más de lo que esperabas.Tu cuerpo no aguanta más y te colapsas. Crees que ha sido todo. De pronto todo se nubla, el ruido externo desaparece y ahora estás frente a tu propio silencio y eres capaz de ver lo que el dolor por la pérdida no te dejaba ver. Tomas decisiones y entonces un pensamiento te impulsa hacia arriba: "Sólo un poco más".

Sólo un poco más y todo terminará, un poco más de energía y llegarás al final. Sólo un poco más de tu esfuerzo y lo lograrás. Sólo un poco más... hasta que sientas tu límite, hasta que des lo que tienes que dar. Hasta que sientas que ya fue suficiente.



Así que perderás mucho. Pero al mismo tiempo ganarás algo ¿Qué ganarás? No lo sabemos...¡Aventúrate! TODO POR EL TODO. SÓLO UN POCO MÁS.



Puede que tengas éxito, puede ser que no lo tengas.

Pero diste lo mejor de ti, y eso es lo que al final de todo valdrá la pena.







jueves, 20 de julio de 2017

Confía en tus alas

Autor de la frase desconocido.
 
-¿Cuántas ocasiones nos hemos "congelado" ante la necesidad de tomar decisiones que requieren de un cambio?-

La causa de nuestro "congelamiento" es el miedo.
Si bien el miedo es una emoción natural que nos protege de ciertos riesgos, sin embargo en la cotidianidad del ser humano hay riesgos (grandes o pequeños) que decidiremos asumir para obtener un logro..

Y entonces... Dudamos de nosotros mismos. Anteponemos nuestra seguridad, y eso está bien, es normal, es correcto, es lógico. Después de reconocer nuestro miedo también podemos hacer la tarea de reconocer los posibles riesgos y las posibles ganancias.

Riesgos-ganancias, Riesgos-ganancias, Riesgos-ganancias... ambas son posibles. Pero es importante considerarlas para entonces indagar sobre nuestras capacidades, nuestras limitantes y herramientas para asumir cualquiera de las dos opciones.

Si nosotros descubrimos nuestras herramientas adquiridas a lo largo de nuestra vida, así como nuestras limitantes, entonces estaremos confiando EN NOSOTROS MISMOS.

Nuestras herramientas adquiridas a lo largo de la vida son aquellas que aprendemos con cada experiencia, con cada fracaso y con cada éxito. Son aquellas herramientas que vamos recolectando en nuestro camino.

Nuestras limitantes son aquellas características de nosotros mismos que no nos permitirán realizar alguna actividad, meta o "sueño". Y reconocerlas nos permitirá discernir entre lo posible y lo imposible. Y ante éstas circunstancias podremos decidir con mejor precisión.

Sí lo sé, hay sueños o metas que cumplir... pero es saludable para nosotros mismos estar conscientes de las realidades. Escuchamos muchas ideas que son ilusiones irracionales. Escuchamos frases como "Todo es posible" y no es así, y estar consciente de nuestros "imposibles" es aceptar nuestra vida, es aceptarnos tal y como somos, es aceptar nuestros límites.

Es decir, aunque yo tenga muchas ganas de correr no podré hacerlo porque mi prótesis no está diseñada para realizar tal actividad. Si bien, los médicos fueron muy claros en el tipo de movimiento para el cual está diseñada.
Y ¿Qué hay de mi actividad en remo? en el caso de remo el movimiento que realizo sí desgasta mi prótesis y reduce su tiempo de vida. Y reconocer ésta consecuencia me permite aceptar que mi prótesis durará menos tiempo que el esperado. Sin embargo, en el presente me hace estar consciente que el hecho de no realizar ninguna fuerza de impacto sobre la unión entre la prótesis y el hueso me permite evitar que éstas uniones se estrellen y me causen alguna lesión irreparable.

Así que, si encuentras en ti algunos "defectos limitantes" no te desanimes, no te hacen menos valioso o menos importante, recuerda que tus limitantes son nuestros focos rojos que nos protegen de daños irreparables.

De cualquier manera, sabremos que si ganamos podremos asumir las responsabilidad que conllevan nuestras ganancias. Y si perdemos... también.

Nuestra confianza estará en nosotros mismos, No en las circunstancias externas.
Por ello conócete, acéptate tal cual eres, reconócete, no tengas miedo al fracaso o a las pérdidas, siempre habrá algo que ganar aunque no lo descubras en el momento.

Puedes ganar algo material, puedes ganar algún éxito, puedes ganar alguna satisfacción.. o no.

Pero lo que sin duda alguna ganarás será EXPERIENCIA.
Ganarás aprendizaje, ganarás recuerdos, ganarás vida.

sábado, 17 de junio de 2017

Y si. La vida es una montaña rusa de emociones...

"Lo único permanente es el cambio"

¿Has escuchado aquella expresión que compara la vida con una montaña rusa de emociones?

- No es una comparación banal. 

Los cambios en nuestra vida es la única constante. Algunos cambios tardan en llegar a nuestra vida y en ocasiones ocurren tan continuamente que apenas logramos comprender lo que está pasando.

Ser superviviente de cáncer implica comprender que nuestra vida ya no es la misma que antes del cáncer y tampoco es la misma vida que vivimos durante el cáncer... Sin embargo, no es fácil.


La vida después del cáncer está llena de incertidumbre, de un estado de alerta constante, de cuidados detallados y precisos sobre nuestra salud.. o bien, en algunos casos una actitud renuente al cuidado de la salud/alimentación.

Cada determinado tiempo acudimos al médico para realizar nuestros chequeos cotidianos y aunque hemos realizado conductas de cuidado a nuestra salud...el miedo y la preocupación prevalecen.

Hace unos meses acudí a realizarme un estudio ginecológico y el resultado no fue favorable pero no parecía ser algo de gravedad. Semanas después, la continuidad de mis revisiones médicas se cancelaron porque perdí mi afiliación médica.

Así que acudí a una consulta de servicio médico privado. Nuevamente me realizaron los estudios indicados. Y efectivamente se observaron lesiones en el cuello uterino, en esta ocasión las lesiones parecían ser un poco más extensas y profundas.

Después del estudio médico (colposcopia), la Dra. comentó la importancia de someterme a una cirugía para retirar esas lesiones y ésta cirugía debía realizarse antes de aproximadamente 30 días, de lo contrario las lesiones se extenderían y dado mi historial médico (el cáncer y la metástasis) mi sistema inmune no era lo suficientemente fuerte para combatir ese tipo de lesiones.

¿Cómo reaccionarías tú?

Cómo en otras ocasiones me quedé en shock... por mi mente repasé mi vida actual:

"Bien... mis planes profesionales están fluyendo, tengo un proyecto profesional por publicar y difundir; mi vida deportiva está cada vez mejor, tengo mis rutinas de gimnasio, tengo el tiempo suficiente para entrenar cinco veces a la semana, mi cuerpo comienza a ganar masa muscular y fuerza, peso unos 49 kilos (sólo una vez en mi vida he alcanzado los 50 kilos), en tres semanas tendré la oportunidad de competir con atletas convencionales, dentro de unos meses acudiré a mi clasificación internacional... ¡Maldición! La historia se repite... nuevamente mi salud estropea mis planes"

Pregunté, "Bien, ¿Qué sigue?"
La Dra. detalló sobre la urgencia de realizar la cirugía, el tiempo de recuperación sería rápido y más adelante continuaría con revisiones periódicas para monitorear que las lesiones no vuelvan. 

¡Ah! Por cierto, practicar Remo ocasionaría que las lesiones aceleraran su crecimiento debido a la humedad generada por el ejercicio.
Ok... Así que otra vez tengo que abandonar mis actividades.

"Y, ¿Cuál es el costo de la cirugía?
- $13 000, pagas la mitad una semana antes de la cirugía y el resto deberá cubrirse un día antes de la cirugía"

¡Maldición! No tengo ingresos.
Necesito una cirugía, de lo contrario mi salud podría empeorar.
Platicamos en familia y definitivamente era un costo que no podríamos cubrir.

Estaba enojada, angustiada, triste, asustada... No, más bien aterrada.
Los días pasaban, mi mente y mirada ante lo que ocurría eran opacas. No podía pensar, no podía decidir, no podía actuar.

¿Cuántas veces orienté a mujeres en esta misma situación, y ahora no puedo hacerlo conmigo misma? ¿Por qué? ¡¿Qué demonios está pasando?!
¿Por qué tengo que preocupar a mi mamá, a mi familia por todo esto?

Y, como mujer... ¿Por qué tengo que vivir esto sola?
¿Por qué fui tan confiada y no asumí la responsabilidad de cuidar mi salud?
¿Por qué creí que mi pareja sexual estaría conmigo en momentos como éstos?
¿Qué necesidad tiene mi familia y mis amistades más cercanas, de vivir esta incertidumbre, enojo y tristeza conmigo?
¿Qué necesidad de angustiarse por economía y por la ausencia de seguro médico?

Finalmente, después de platicar con una gran amiga y luz en mi familia, tuvimos varias opciones. Platicar con Ella me ayudó a sentir mi mente despejada, mis ojos abiertos, mi camino alumbrado.

Llegué a casa, llamé a cada institución y pregunté sobre la atención que podrían brindarme. Y sólo uno de ellos fue la opción adecuada, tanto en economía como en la apertura para brindarme atención médica: El Hospital de la Mujer.

Acudimos mi mamá y yo para agendar mi cita de primera vez. Valoraron mi caso y agendaron mi próxima cita para realizarme nuevamente el estudio indicado.

Dos semanas después acudí para el estudio, y en esa misma consulta la Dra. que me atendió dijo: 

"No hay nada. No tienes ninguna lesión"

Exacto. Mi reacción fue de total sorpresa e incredulidad.
¿Qué? ¿Cómo puedo pasar de una opinión médica a otra totalmente extrema?

Obviamente me sentí confundida y un poco molesta por la actitud de la Dra. Una actitud desinteresada y con un aire de arrogancia. Una atención médica un poco desconectada de lo humano... En ese momento parecía que yo no era una persona, más bien yo era un libro abierto en el que pasaba página tras página de manera brusca y sin respeto a mi pudor señalando zonas de MI cuello uterino como si fuese un modelo de plástico en medio de una clase con su alumno y la enfermera en turno.

"- Vaya, estoy confundida... Tengo tres estudios médicos que indican la presencia de VPH y lesiones en cuello uterino, acudí a un servicio médico público y un servicio médico privado. Y ambos coinciden con los resultados.

- Yo no estuve ahí. Yo haré el reporte médico sobre lo que veo ahora y ahora no veo ninguna lesión. 

- Y entonces, ¿Qué es lo que veo en el monitor? ¿Las marcas blancas que lo rodean qué son?- pregunté sobre las imágenes que veía por el monitor donde se proyectaba mi cuello uterino con la intención de comparar sus respuestas con los comentarios de mis consultas médicas anteriores.

- ¡Oh! esas marcas rojas y escamosas que se ven probablemente son de nacimiento. Te haremos una cirugía para que pueda verse igual de <rosita> que el resto del tejido. Te agendaremos la cirugía para Septiembre"

¡Wow!
¿Rosita? ¿En serio dijo esto? ¿Estoy en Displasias o en Cirugía plástica?
Sólo asentí a sus indicaciones, agendé mi cita para la cirugía y salí de ahí.

Confundida, muy molesta y más agustiada.
¿Qué demonios acaba de ocurrir? ¡Estoy en el Hospital de la Mujer!

Desesperada con todo lo ocurrido, los días contando... asumiendo que entre más transcurría el tiempo las lesiones podrían extenderse debido a mi sistema inmune que quizás no es tan fuerte como debería. Sin la certeza de poder continuar con mis proyectos laborales y profesionales, sin la seguridad de continuar mis entrenamientos y sin seguro médico... No hallaba la manera de encontrar alegría y tranquilidad en este camino.

Días y semanas de angustia, ansiedad, insomnio y enojo.
Las personas me preguntaban si no estaba exagerando, que debería continuar con mis entrenamientos y con mi vida cotidiana. 

Escuchaba testimonios con el típico "Yo también lo tuve..." y platicaban que sus casos no habían sido tan limitantes en cuanto a la actividad física.

Pero esas mujeres nunca habían tenido cáncer, esas mujeres no experimentan ese temor de una recaída, esas mujeres confían plenamente en su sistema inmune.

Insatisfecha de cada Institución médica...continué por otro camino.
Una opción más. Vamos a agotar una opción más.

Y entonces todo comenzó a fluir.
Pasé de la consulta con el médico familiar a una consulta en Displasias.
En un sólo día. ¡Vaya! Esto parece ir bien.

Llegué a la Clínica de Displasias, revisaron mi hoja de referencia del médico familiar, mis estudios médicos que indicaban la presencia de lesiones y VPH: "Venga mañana a las 9am para realizarse nuevamente una colposcopia"

Un momento, ¿Mañana?
Todo avanzaba tan rápido y era casi increíble. Pero cada palabra y atención me llevaba a la tranquilidad. No sabía que tan grave o tan saludable era mi estado de salud. 
No me importó si las lesiones son invasivas o pequeñas. No me importó si los 30 días habían terminado hace dos semanas... Me sentí segura y confiada, sentí que había llegado al lugar indicado.



La posición más incómoda que he experimentado.
9:00am; Clínica de Displasias.
Pasé al consultorio:

"- Buenos días Rocio, te haré unas preguntas antes de realizarte la colposcopia"

Puuff... el cuestionario que he contestado en cuatro ocasiones.

"- Bien Rocio, ahora pasa al sanitario quítate la ropa y colócate la bata con la abertura hacia atrás. Cuando salgas te recuestas en la camilla y colocas tus piernas en esta posición...

- Claro."

La experiencia de haberte realizado dos papanicolaous y dos colposcopias en menos de 7 meses, te brinda seguridad y te quita los temores a la incertidumbre de una exploración médica. Sobretodo con lo aparatosa que puede verse.

Es incómoda la posición y sobretodo el pudor que sientes te invade. Pero aun con ello sólo piensas que se trata de un estudio médico y que pronto pasará. Sólo respira, relájate, suelta, y trata de soportar esos pequeños cólicos que provocan las maniobras que realizan.

Durante la exploración:
- Rocio, tienes unas lesiones notables en el cuello uterino. En este momento realizaré una Biopsia para enviar unas muestras a patología y analizar el tejido. Cortaré, quizás duela un poco. Voy a colocar un medicamento y una gasa que por la noche deberás retirar tu misma. Tendrás un poco de malestar pero pronto pasará. 
 ¿Qué? ¿Ahora?...¿Una gasa dentro de mi por todo el día? Iiiuughh!! Ok, ¡Por supuesto que sí!- Pensé.
- Muy bien.- respondí después de todo.

Al terminar con la Biopsia y pasar al sanitario para asearme y quitarme la bata regresé con la Dra. y su asistente.

" En tus estudios previos los resultados  y el informe médico sólo indican probable probable y probable... pero no indican un diagnóstico preciso. Sí indican el tratamiento de una cirugía. Por cierto, ¿Cuánto te cobraron por la cirugía?

- 13 000 pesos. pero no pude pagarla, así que no me sometí al tratamiento.

Entre risas con la asistente médica...

- Por supuesto que sí. Es carísimo. Además de no haber realizado un Biopsia para determinar el diagnóstico. Pero bueno, esto ocurre en los Hospitales privados.
Bien, enviaré la muestra del tejido a patología, al recibir los resultados podré identificar la naturaleza del tejido y sólo así vamos a asignarte un tratamiento.

No podemos hacerte ningún tratamiento sin tener los resultados de una biopsia, ¿Está bien?

- Ok. 
¿Y en cuanto a mis actividades cotidianas? En las consultas que tuve me indicaron que no puedo realizar mis actividades de entrenamientos. ¿Qué hay con ello?, ¿Es posible que perjudique mi salud?

- Por supuesto que no. 
Puedes realizar tus actividades como siempre. Aunque has tenido cáncer y metástasis no implica que tu sistema inmune no pueda combatir con cualquier otra enfermedad. Si durante tus quimios y recaídas no desarrollaste otras enfermedades...menos lo harás ahora.
Tranquila y todo estará bien. Hay casos mucho peores aquí y han salido bien"


¿Qué acaba de ocurrir?
¿Cuántas emociones en más de 30 días?
¿Cuántas sensaciones de cambios en más de 30 días?


¿Por qué juegan con tu estado de salud y tus emociones de esta manera?
Si, uno mismo decide de qué manera afrontar cada situación que vivimos.

Pero... ¿Quién estaría tranquila, alegre, confiada y relajada después de recibir diferentes opiniones opuestas, extremas, inciertas y sobretodo, opiniones basadas en un objetivo lucrativo?

No soy médico para identificar una mentira de otra.
Pongo mi vida en manos de personas que supuestamente están dedicadas al cuidado de la salud.

¿Qué espero?
Espero sinceridad, respeto, confianza y seguridad.

No quiero que jueguen con mi salud y la utilicen para un objetivo lucrativo donde, además de realizar gastos innecesarios... he tomado decisiones que han detenido  y atrasado mi vida laboral, profesional, deportiva y han afectado mis relaciones de familia.

Después de estos altibajos, he permanecido semanas y semanas en angustia, miedo, e inseguridad. ¿Qué necesidad tiene mi familia de verme en ese estado?

¿Qué necesidad tenía yo de estar viviendo con estas emociones?
Si bien no son agradables, lo único útil que puedo rescatar es que gracias esta angustia, a este enojo y miedo pude sentirme motivada para continuar buscando un lugar donde la atención médica fuera ética, adecuada, oportuna, veraz y sobretodo accesible a mi estado económico actual.


No creo que haya tomado decisiones inadecuadas. Tampoco considero que mis respuestas emocionales sean inadecuadas. Al contrario, creo que era obvio y congruente sentirme de esa manera y considero también que cada emoción merece el respeto y la libertad de ser expresada sin temor a la crítica o al juicio.


Dejemos ser, y antes de juzgar pensemos en ¿Cómo te sentirías si vivieras ésta situación con los antecedentes de vida de una persona superviviente de cáncer y metástasis?