miércoles, 8 de marzo de 2017

Soy Feminista, y Humanista también.


Soy feminista y mi papá también.
Respeto mutuo, Libertad de elección mutua, Responsabilidad mutua.

Mi  familia nuclear esta formada por mi papá, mi mamá, cuatro hijas (incluyéndome) y tres sobrinas.


¡Exacto!

"Bendito entre las mujeres"


Crecí leyendo el libro de "Mujercitas", una historia de cuatro  hermanas que viven con su mamá mientras su papá está en combate. 

Tenía 10 años cuando leí "Mujercitas" y en aquel entonces mi papá también estaba en combate.


No estaba precisamente en la guerra.



Nací en una zona rural, vivíamos en una casita que tenía un jardín con columpios y resbadilla, teníamos rosales, un ciruelo, una higuera, una aurocaria, un piñón (es un árbol), un cedrón (otro árbol cuyas  hojas las preparaba mi mamá en Té...  ¡Riquísimo!) dos bugambilias, una nochebuena... y creo que ya. Eso es lo que recuerdo.



También teníamos animalitos. Gallinas -comíamos sus huevos-, críabamos también sus pollitos, tuvimos guajolotes y pavos (¡mi pesadilla! eran casi de mi tamaño), teníamos borregos, cerditos, conejitos y hasta un perrito.



Así que imaginarán las mañanas con el sonido de las  gallinas, salían temprano con sus pollitos para buscar comida en la tierra de los rosales, los pollitos corría por el pasto del jardín mientras mi mamá lavaba y tendía ropa cuidadosamente... hubiera sido una tragedia  que algún pollito se atravesara entre los  pies de mi mamá. Los borregos salían a pastar en la parte trasera de la casa, en ésta parte teníamos una amplia zona de Milpa (plantío de Maiz).



Se alimentaban a los  cerditos con maíz, tortillas y cáscaras de frutas y verduras (normalmente la que nos sobraba después de desayunar fruta y jugo preparado por mi mamá)



Los conejitos comían una especie de croquetas, también comían alfafa... ¡uuuff! Alfalfa.

En aquella época tomábamos agua natural de alfalfa... ¡Muy rica!


Teníamos una vida holgada y tranquila, con aromas, sonidos, coloridas flores, aire fresco y limpio... ¡¿Cómo no amar la naturaleza si crecí en ella?!



Pero las cosas cambiarían pronto, nos mudaríamos más cerca a la Ciudad, viviríamos en una casa donde sería imposible continuar nuestra vida rural. El  negocio de mi papá quebró y las crisis comenzaron a ser cada vez más continuas... hasta la fecha.



La solución que mi papá encontró fue destinarse a E.U.,  mi mamá se quedó sola con cuatro hijas... Y así, "Mujercitas" cobró sentido.



Nos quedamos cuatro mujeres solas, en una época donde fuimos criticadas, señaladas y con el mundo de conflictos económicos encima.



Mi mamá tomó las riendas. Una mujer que asumió las responsabilidades del hogar, educar a cuatro hijas y realizar los pagos y administración económica de  la casa. Y, del otro lado, mi papá viviendo a kilómetros de distancia, en un país ajeno, con un idioma que jamás aprendió, con una cultura diferente, con los prejuicios y discriminación por ser inmigrante ilegal, solo y viviendo con lo esencial, cubriendo jornadas laborales de cuatro diferentes trabajos al día... todo esto durante 9 años.



Yo tenia 10 años cuando mi papá se fue, en un día lluvioso en la terminal número 4 de la Central de Autobuses. Su esposa y sus cuatro Mujercitas lo despidieron sin saber si lo volverían a ver. Pero conscientes del valor con el que, mi papá y mi mamá, afrontarían los años  venideros.


¿Qué es lo que nos enseñaron?

Justamente aquello que ahora está en discusión y es tan incomprensible por muchas personas.

Una mujer con liderazgo.

Tengo una mamá que asumió un rol familiar con bastante trabajo, nos enseñó a tomar las riendas de todo aquello que ocurriera en nuestra vidas. 

Nos enseñó a no esperar que alguien más nos solucionara nuestros problemas.

Nos mostró cómo ser independientes, no temer por andar solas en la calle, nos motivó a buscar y conseguir lo que queremos, a hacernos responsables de nuestras cosas, a solucionar nuestros problemas.



Sus enseñanzas también llegaron a sus nietas.
Mi papá nos enseñó que los hombres no son caballerosos, son respetuosos. No nos hacen un favor por ser mujeres, nos respetan por ser personas. 


Nos enseñó que los hombres también lloran. Nos enseñó que si queríamos trepar, saltar, correr, patinar, ensuciarnos, trabajar en el campo, manejar, montar, escalar, saltar grandes alturas, boxear, usar el rifle... o hacer cualquier cosa que tuviéramos en mente, lo podíamos hacer.


Y no por el hecho de formar "Mujeres fuertes e invencibles"... sino por el hecho de quererlo hacer.  

La única condición que nos advertía era: Nunca hagas daño a nadie.


Izquierda.- Mi papá convenciéndome de acudir 
a mi última quimioterapia.

Derecha.- Mi papá conmigo en la cima de la Pirámide del Sol,
celebrando mi  4to. cancerversario.

Tengo un papá y una mamá que me han enseñado a ser fuerte, a no esconderme de los problemas, a mirarlos de frente y tomar decisiones. 

Me enseñaron que, en momentos de adversidad tengo derecho a llorar, a quejarme, a enojarme, a apoyarme en alguien más. Me enseñaron que cada una de estas acciones no son signo de debilidad, son signo de humanidad.

También me enseñaron que a pesar de ello, puedo levantarme y continuar. Tomar la decisión que considere adecuada con todo y la libertad de equivocarme. 

Y a través de su ejemplo aprendimos que, tanto hombres como mujeres tenemos la fortaleza para afrontar las circunstancias de la vida. Tanto hombres como mujeres tenemos la responsabilidad de tratarnos con respeto, no  por la diferencia de géneros, sino por ser personas.

Ni uno ni otro son mejores o peores.


Ser feminista NO significa adoptar una postura ideológica ni conductual extremista.

Ser feminista NO significa repudiar a otros géneros.
Ser feminista NO significa sobrevalorar a  la mujer.
Ser feminista NO significa aprobar la arrogancia, ni empoderar a la mujer: No se trata de poder.

Ser feminista significa recordarle al mundo que Hombres y Mujeres son personas.
Recordarle que las  diferencias entre cada uno son biológicas, y que tenemos más similitudes que diferencias.
Ser feminista significa combatir prejuicios y estereotipos que atan tanto a hombres como a mujeres.
Ser feminista significa entender que no hay un lenguaje femenino y un lenguaje masculino... existe la comunicación, el diálogo, la expresión de ideas y sentimientos de manera asertiva.
Ser feminista significa entender que todos somos personas, que todos habitamos este mundo y que no somos ni de Marte ni de Júpiter.
Ser feminista significa que como seres humanos tenemos el derecho a la libertad de elegir nuestro camino sin dañar a nadie, tenemos la responsabilidad de asumir las consecuencias de nuestros propios actos sin culpar a nadie más y sobretodo, y el punto más importante:

"Como seres humanos tenemos el profundo compromiso de respetar a otro ser humano"

Las prácticas sociales, culturales, psicológicas o religiosas que atenten la vida de otro ser humano NO deben considerarse como algo "Normal" o "Socialmente aceptado".


Soy Feminista, pero también Humanista.


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