sábado, 17 de junio de 2017

Y si. La vida es una montaña rusa de emociones...

"Lo único permanente es el cambio"

¿Has escuchado aquella expresión que compara la vida con una montaña rusa de emociones?

- No es una comparación banal. 

Los cambios en nuestra vida es la única constante. Algunos cambios tardan en llegar a nuestra vida y en ocasiones ocurren tan continuamente que apenas logramos comprender lo que está pasando.

Ser superviviente de cáncer implica comprender que nuestra vida ya no es la misma que antes del cáncer y tampoco es la misma vida que vivimos durante el cáncer... Sin embargo, no es fácil.


La vida después del cáncer está llena de incertidumbre, de un estado de alerta constante, de cuidados detallados y precisos sobre nuestra salud.. o bien, en algunos casos una actitud renuente al cuidado de la salud/alimentación.

Cada determinado tiempo acudimos al médico para realizar nuestros chequeos cotidianos y aunque hemos realizado conductas de cuidado a nuestra salud...el miedo y la preocupación prevalecen.

Hace unos meses acudí a realizarme un estudio ginecológico y el resultado no fue favorable pero no parecía ser algo de gravedad. Semanas después, la continuidad de mis revisiones médicas se cancelaron porque perdí mi afiliación médica.

Así que acudí a una consulta de servicio médico privado. Nuevamente me realizaron los estudios indicados. Y efectivamente se observaron lesiones en el cuello uterino, en esta ocasión las lesiones parecían ser un poco más extensas y profundas.

Después del estudio médico (colposcopia), la Dra. comentó la importancia de someterme a una cirugía para retirar esas lesiones y ésta cirugía debía realizarse antes de aproximadamente 30 días, de lo contrario las lesiones se extenderían y dado mi historial médico (el cáncer y la metástasis) mi sistema inmune no era lo suficientemente fuerte para combatir ese tipo de lesiones.

¿Cómo reaccionarías tú?

Cómo en otras ocasiones me quedé en shock... por mi mente repasé mi vida actual:

"Bien... mis planes profesionales están fluyendo, tengo un proyecto profesional por publicar y difundir; mi vida deportiva está cada vez mejor, tengo mis rutinas de gimnasio, tengo el tiempo suficiente para entrenar cinco veces a la semana, mi cuerpo comienza a ganar masa muscular y fuerza, peso unos 49 kilos (sólo una vez en mi vida he alcanzado los 50 kilos), en tres semanas tendré la oportunidad de competir con atletas convencionales, dentro de unos meses acudiré a mi clasificación internacional... ¡Maldición! La historia se repite... nuevamente mi salud estropea mis planes"

Pregunté, "Bien, ¿Qué sigue?"
La Dra. detalló sobre la urgencia de realizar la cirugía, el tiempo de recuperación sería rápido y más adelante continuaría con revisiones periódicas para monitorear que las lesiones no vuelvan. 

¡Ah! Por cierto, practicar Remo ocasionaría que las lesiones aceleraran su crecimiento debido a la humedad generada por el ejercicio.
Ok... Así que otra vez tengo que abandonar mis actividades.

"Y, ¿Cuál es el costo de la cirugía?
- $13 000, pagas la mitad una semana antes de la cirugía y el resto deberá cubrirse un día antes de la cirugía"

¡Maldición! No tengo ingresos.
Necesito una cirugía, de lo contrario mi salud podría empeorar.
Platicamos en familia y definitivamente era un costo que no podríamos cubrir.

Estaba enojada, angustiada, triste, asustada... No, más bien aterrada.
Los días pasaban, mi mente y mirada ante lo que ocurría eran opacas. No podía pensar, no podía decidir, no podía actuar.

¿Cuántas veces orienté a mujeres en esta misma situación, y ahora no puedo hacerlo conmigo misma? ¿Por qué? ¡¿Qué demonios está pasando?!
¿Por qué tengo que preocupar a mi mamá, a mi familia por todo esto?

Y, como mujer... ¿Por qué tengo que vivir esto sola?
¿Por qué fui tan confiada y no asumí la responsabilidad de cuidar mi salud?
¿Por qué creí que mi pareja sexual estaría conmigo en momentos como éstos?
¿Qué necesidad tiene mi familia y mis amistades más cercanas, de vivir esta incertidumbre, enojo y tristeza conmigo?
¿Qué necesidad de angustiarse por economía y por la ausencia de seguro médico?

Finalmente, después de platicar con una gran amiga y luz en mi familia, tuvimos varias opciones. Platicar con Ella me ayudó a sentir mi mente despejada, mis ojos abiertos, mi camino alumbrado.

Llegué a casa, llamé a cada institución y pregunté sobre la atención que podrían brindarme. Y sólo uno de ellos fue la opción adecuada, tanto en economía como en la apertura para brindarme atención médica: El Hospital de la Mujer.

Acudimos mi mamá y yo para agendar mi cita de primera vez. Valoraron mi caso y agendaron mi próxima cita para realizarme nuevamente el estudio indicado.

Dos semanas después acudí para el estudio, y en esa misma consulta la Dra. que me atendió dijo: 

"No hay nada. No tienes ninguna lesión"

Exacto. Mi reacción fue de total sorpresa e incredulidad.
¿Qué? ¿Cómo puedo pasar de una opinión médica a otra totalmente extrema?

Obviamente me sentí confundida y un poco molesta por la actitud de la Dra. Una actitud desinteresada y con un aire de arrogancia. Una atención médica un poco desconectada de lo humano... En ese momento parecía que yo no era una persona, más bien yo era un libro abierto en el que pasaba página tras página de manera brusca y sin respeto a mi pudor señalando zonas de MI cuello uterino como si fuese un modelo de plástico en medio de una clase con su alumno y la enfermera en turno.

"- Vaya, estoy confundida... Tengo tres estudios médicos que indican la presencia de VPH y lesiones en cuello uterino, acudí a un servicio médico público y un servicio médico privado. Y ambos coinciden con los resultados.

- Yo no estuve ahí. Yo haré el reporte médico sobre lo que veo ahora y ahora no veo ninguna lesión. 

- Y entonces, ¿Qué es lo que veo en el monitor? ¿Las marcas blancas que lo rodean qué son?- pregunté sobre las imágenes que veía por el monitor donde se proyectaba mi cuello uterino con la intención de comparar sus respuestas con los comentarios de mis consultas médicas anteriores.

- ¡Oh! esas marcas rojas y escamosas que se ven probablemente son de nacimiento. Te haremos una cirugía para que pueda verse igual de <rosita> que el resto del tejido. Te agendaremos la cirugía para Septiembre"

¡Wow!
¿Rosita? ¿En serio dijo esto? ¿Estoy en Displasias o en Cirugía plástica?
Sólo asentí a sus indicaciones, agendé mi cita para la cirugía y salí de ahí.

Confundida, muy molesta y más agustiada.
¿Qué demonios acaba de ocurrir? ¡Estoy en el Hospital de la Mujer!

Desesperada con todo lo ocurrido, los días contando... asumiendo que entre más transcurría el tiempo las lesiones podrían extenderse debido a mi sistema inmune que quizás no es tan fuerte como debería. Sin la certeza de poder continuar con mis proyectos laborales y profesionales, sin la seguridad de continuar mis entrenamientos y sin seguro médico... No hallaba la manera de encontrar alegría y tranquilidad en este camino.

Días y semanas de angustia, ansiedad, insomnio y enojo.
Las personas me preguntaban si no estaba exagerando, que debería continuar con mis entrenamientos y con mi vida cotidiana. 

Escuchaba testimonios con el típico "Yo también lo tuve..." y platicaban que sus casos no habían sido tan limitantes en cuanto a la actividad física.

Pero esas mujeres nunca habían tenido cáncer, esas mujeres no experimentan ese temor de una recaída, esas mujeres confían plenamente en su sistema inmune.

Insatisfecha de cada Institución médica...continué por otro camino.
Una opción más. Vamos a agotar una opción más.

Y entonces todo comenzó a fluir.
Pasé de la consulta con el médico familiar a una consulta en Displasias.
En un sólo día. ¡Vaya! Esto parece ir bien.

Llegué a la Clínica de Displasias, revisaron mi hoja de referencia del médico familiar, mis estudios médicos que indicaban la presencia de lesiones y VPH: "Venga mañana a las 9am para realizarse nuevamente una colposcopia"

Un momento, ¿Mañana?
Todo avanzaba tan rápido y era casi increíble. Pero cada palabra y atención me llevaba a la tranquilidad. No sabía que tan grave o tan saludable era mi estado de salud. 
No me importó si las lesiones son invasivas o pequeñas. No me importó si los 30 días habían terminado hace dos semanas... Me sentí segura y confiada, sentí que había llegado al lugar indicado.



La posición más incómoda que he experimentado.
9:00am; Clínica de Displasias.
Pasé al consultorio:

"- Buenos días Rocio, te haré unas preguntas antes de realizarte la colposcopia"

Puuff... el cuestionario que he contestado en cuatro ocasiones.

"- Bien Rocio, ahora pasa al sanitario quítate la ropa y colócate la bata con la abertura hacia atrás. Cuando salgas te recuestas en la camilla y colocas tus piernas en esta posición...

- Claro."

La experiencia de haberte realizado dos papanicolaous y dos colposcopias en menos de 7 meses, te brinda seguridad y te quita los temores a la incertidumbre de una exploración médica. Sobretodo con lo aparatosa que puede verse.

Es incómoda la posición y sobretodo el pudor que sientes te invade. Pero aun con ello sólo piensas que se trata de un estudio médico y que pronto pasará. Sólo respira, relájate, suelta, y trata de soportar esos pequeños cólicos que provocan las maniobras que realizan.

Durante la exploración:
- Rocio, tienes unas lesiones notables en el cuello uterino. En este momento realizaré una Biopsia para enviar unas muestras a patología y analizar el tejido. Cortaré, quizás duela un poco. Voy a colocar un medicamento y una gasa que por la noche deberás retirar tu misma. Tendrás un poco de malestar pero pronto pasará. 
 ¿Qué? ¿Ahora?...¿Una gasa dentro de mi por todo el día? Iiiuughh!! Ok, ¡Por supuesto que sí!- Pensé.
- Muy bien.- respondí después de todo.

Al terminar con la Biopsia y pasar al sanitario para asearme y quitarme la bata regresé con la Dra. y su asistente.

" En tus estudios previos los resultados  y el informe médico sólo indican probable probable y probable... pero no indican un diagnóstico preciso. Sí indican el tratamiento de una cirugía. Por cierto, ¿Cuánto te cobraron por la cirugía?

- 13 000 pesos. pero no pude pagarla, así que no me sometí al tratamiento.

Entre risas con la asistente médica...

- Por supuesto que sí. Es carísimo. Además de no haber realizado un Biopsia para determinar el diagnóstico. Pero bueno, esto ocurre en los Hospitales privados.
Bien, enviaré la muestra del tejido a patología, al recibir los resultados podré identificar la naturaleza del tejido y sólo así vamos a asignarte un tratamiento.

No podemos hacerte ningún tratamiento sin tener los resultados de una biopsia, ¿Está bien?

- Ok. 
¿Y en cuanto a mis actividades cotidianas? En las consultas que tuve me indicaron que no puedo realizar mis actividades de entrenamientos. ¿Qué hay con ello?, ¿Es posible que perjudique mi salud?

- Por supuesto que no. 
Puedes realizar tus actividades como siempre. Aunque has tenido cáncer y metástasis no implica que tu sistema inmune no pueda combatir con cualquier otra enfermedad. Si durante tus quimios y recaídas no desarrollaste otras enfermedades...menos lo harás ahora.
Tranquila y todo estará bien. Hay casos mucho peores aquí y han salido bien"


¿Qué acaba de ocurrir?
¿Cuántas emociones en más de 30 días?
¿Cuántas sensaciones de cambios en más de 30 días?


¿Por qué juegan con tu estado de salud y tus emociones de esta manera?
Si, uno mismo decide de qué manera afrontar cada situación que vivimos.

Pero... ¿Quién estaría tranquila, alegre, confiada y relajada después de recibir diferentes opiniones opuestas, extremas, inciertas y sobretodo, opiniones basadas en un objetivo lucrativo?

No soy médico para identificar una mentira de otra.
Pongo mi vida en manos de personas que supuestamente están dedicadas al cuidado de la salud.

¿Qué espero?
Espero sinceridad, respeto, confianza y seguridad.

No quiero que jueguen con mi salud y la utilicen para un objetivo lucrativo donde, además de realizar gastos innecesarios... he tomado decisiones que han detenido  y atrasado mi vida laboral, profesional, deportiva y han afectado mis relaciones de familia.

Después de estos altibajos, he permanecido semanas y semanas en angustia, miedo, e inseguridad. ¿Qué necesidad tiene mi familia de verme en ese estado?

¿Qué necesidad tenía yo de estar viviendo con estas emociones?
Si bien no son agradables, lo único útil que puedo rescatar es que gracias esta angustia, a este enojo y miedo pude sentirme motivada para continuar buscando un lugar donde la atención médica fuera ética, adecuada, oportuna, veraz y sobretodo accesible a mi estado económico actual.


No creo que haya tomado decisiones inadecuadas. Tampoco considero que mis respuestas emocionales sean inadecuadas. Al contrario, creo que era obvio y congruente sentirme de esa manera y considero también que cada emoción merece el respeto y la libertad de ser expresada sin temor a la crítica o al juicio.


Dejemos ser, y antes de juzgar pensemos en ¿Cómo te sentirías si vivieras ésta situación con los antecedentes de vida de una persona superviviente de cáncer y metástasis?